viernes, 16 de mayo de 2014

La esperanza y la oración


   



   La esperanza es una virtud sobrenatural por la cual confiamos firmemente alcanzar la gloria celestial.
   Fundamos nuestra esperanza en los méritos de Jesucristo y nuestras buenas obras.
   Los méritos de Jesucristo y nuestras buenas obras son como dos alas para que nuestra alma pueda volar al cielo.
   Los méritos de Jesucristo no nos faltarán jamás; lo que podrá faltarnos serán nuestras buenas obras.
   El gran medio para asegurar estas buenas obras y la perseverancia en ellas hasta la muerte es la oración.





La Oración.
   Oración es levantar el corazón a Dios y pedirle mercedes.
   La oración es: mental y vocal.
   Oración mental es la que se hace ejercitando las potencias del alma.
   Las potencias del alma son tres: memoria, entendimiento y voluntad.
   En la oración mental: la memoria recuerda alguna verdad cristiana; el entendimiento reflexiona sobre ella, y la voluntad hace varios actos, como dolor de los pecados, propósito de confesarse y de mudar de vida.
   El que hace bien la oración mental, aunque sea solo un cuarto de hora diariamente, conservará fácilmente la gracia de Dios.
   Dice San Alfonso: “El que ora se salva; el que no ora, se condena”.
   Oración vocal es la que se hace con palabras exteriores, como cuando rezamos el Padre Nuestro.
   En la oración vocal se debe evitar la precipitación.
   Se debe orar con atención, humildad, confianza y perseverancia.
   La distracción involuntaria no quita el mérito o valor de la oración.
   Es necesario orar frecuentemente, porque Dios lo manda, y de ordinario sólo por medio de la oración concede las gracias espirituales y temporales que necesitamos.





   Conviene orar al levantarse o acostarse y a menudo, especialmente en las tentaciones o peligros.
   La oración bien hecha, nos alcanza siempre del Señor lo que pedimos u otra cosa mejor.





 Jesucristo dijo: Pedid y recibiréis.

   La oración que se hace pidiendo la salvación de la propia alma, tiene un efecto infalible.
   Debemos pedir ante todo e incondicionalmente el perdón de nuestros pecados, la gracia de Dios y la perseverancia en ella hasta la muerte.
   Los demás bienes hemos de pedirlos condicionalmente, esto es, si son para mayor gloria de Dios y bien de nuestra alma.
   Cuando Dios no nos concede lo que le pedimos, es porque oramos mal, o porque pedimos cosas no conducentes a nuestro bien espiritual.
   Debemos pedir en nombre de N. S. Jesucristo, como El nos lo enseña y lo practica la Santa Iglesia, quien termina las oraciones con estas palabras: “Por nuestro Señor Jesucristo”.
   Oración jaculatoria es una oración brevísima, por ejemplo: 

¡Dios mío, os amo de todo corazón!
¡Antes morir que pecar!
¡Virgen Santísima, ayudadme!
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, expire en paz con vos el alma mía. 
Dulce corazón de María, sed la salvación mía.
Alabado sea Jesucristo, ahora y siempre.
Jesús, manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro.
Ave María purísima, sin pecado concebida.
Jesús mío, misericordia.
Señor, conservadnos la fe.
¡Oh, Sagrado Corazón de Jesús, todo sea por Vos!
Jesús, Dios mío, os amo sobre todas las cosas.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confio.
¡Alabado sea Dios! (50 días de indulgencia cuando se diga cada vez que se oiga una blasfemia.
Dios mío y todas mis cosas.   Conviene hacer muy a menudo oraciones jaculatorias, pues, son de mucha utilidad y un medio muy eficaz para vencer las tentaciones.

8 comentarios:

  1. Buen trabajo,ahora ponerlo en practica.

    Que oraciones recomiendas para las personas enfermas de alcoholismo y depresión. algo especifico.

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    1. Hola, querido lector. Antes que nada gracias por dignarte leer estas humildes lineas. Para obtener cualquier gracia, inclusive aquella de vencer nuestros vicios, el rezo del Santo Rosario tiene un valor sin igual y es considerado además prenda de salvación. Al iniciar el rezo del Santo Rosario se puede hacer la siguiente oración:

      "Señor y Dios nuestro, dirigid y aceptad todos nuestros pensamientos, palabras y obras, y Vos, Virgen Santísima, alcanzadnos gracias para rezar con devoción estos misterios que os ofrecemos a mayor gloria vuestra, por el triunfo de la religión católica en todo el mundo, por nuestras necesidades espirituales y temporales, con intención de alcanzar todas las indulgencias concedidas que ofrecemos en sufragio de las benditas almas del purgatorio que sean de Vuestro mayor agrado y de mi particular obligación. Muy especialmente, Oh Señora mía,Oh madre mía, os suplico me alcancéis de Nuestro Señor Jesucristo la gracia de vencer mi alcoholismo y mi depresión".

      Después, al meditar los misterios pensar en los gozos eternos que el Señor tiene destinados a los justos y a los pecadores que se convierten, ningún goce terreno podrá jamás igualar el goce del cielo, ni siquiera el alcohol; reflexionar los dolores que soportó por nosotros nuestro Señor Jesucristo, a lado de los cuales, cualquier pena en la tierra nos parecerá diminuta, y en la gloria infinita que heredarán los que esperen en el Señor.

      Cuando el alcohólico se sienta en la tentación de caer en el vicio, invoque a la Santísima Virgen María, haga la señal de la Cruz y rece a su Ángel de la guarda. Aléjese el alcohólico de las ocasiones de caer y si se siente muy deprimido, medite los siete dolores de Nuestra Señora para sentirse confortado.

      Intentaré preparar una publicación especial que ayude a la meditación de estos misterios. Mientras tanto, espero que le sean de ayuda estas propuestas.

      Dios lo asista

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    2. Hola, querido lector. Espero te haya servido la respuesta anterior. Yo estuve reflexionando un poco y pensé que para muchos es difícil rezar el Santo Rosario completo por falta de tiempo, costumbre o incluso voluntad. Te comparto este escrito que me envío hace poco una hermana mía, espero que te sea de mucha utilidad.

      CONSUELOS A LOS QUE SUFREN por MONSEÑOR SEGUR. Cap. XXIX
      Precisamente para librarte del mal, del verdadero mal, es para lo que te someto a esta prueba. ¿Preferirías acaso tu cuerpo a tu alma? ¿el pequeño mal que pasa al gran mal que dura eternamente?...
      Así escomo algunas personas que sufren: oran ridículamente, y se olvidan de que son cristianos, de que Jesucristo fue crucificado, y de que hay una vida eterna que merecer, un terrible purgatorio que evitar y un infierno eterno.
      La oración es un manantial inextinguible de paz, de fortaleza, de felicidad cuando se ora como se debe orar… abandonándose a la Providencia divina. La verdadera oración consuela siempre; proporciona al alma un aumento de divinas luces que hacen comprender las ventajas de la cruz y la dicha de expiar aquí en este mundo nuestras faltas, y une íntimamente con Jesús, que es el principio de la alegría infinita…
      Como a todos nos enseñó a hacerlo Nuestro Señor Jesús en el jardín de los Olivos.
      -Si es posible, pase de mí este cáliz. Sin embargo, Dios mío, hágase, no mi voluntad, sino la vuestra.
      ¡Cuántos han sido los sufrimientos que esta oración inefable ha santificado, ha divinizado!
      En los sufrimientos agudos no tratéis mucho de recitar oraciones vocales. Contentaos con mantener bien unido vuestro corazón con el Sagrado Corazón de Jesús, y con sufrir de este modo lo más pacientemente, lo más santamente posible con vuestro Salvador. Jesús casi nada dijo durante las largas horas de su Pasión. Lo que debéis repetir a menudo son breves invocaciones como estas: “¡Jesús, yo os amo! ¡Jesús, tened piedad de mí! ¡Virgen santísima, bendecidme!” O pronunciad simplemente y de todo corazón los nombres Santos de Jesús y de María…
      Una Santa, no se sintió con fuerzas para rezar el Rosario… consolábase de esta privación diciendo a cada grano… ‘Dios te salve María’… Cuando hubo concluido, la Santísima Virgen se digno aparecérsele radiante, y le dijo: -Hija mía, el amor lo ha suplido todo…
      Efectivamente, al corazón y no a los labios es a dónde mira Dios…
      Cap. XXX La Confesión es el Océano sin límites y sin fondo de la misericordia de Dios, que todo lo perdona, que perdona siempre al que se arrepiente…
      Cuando la conciencia le da la paz; y aún cuando esta paz sea crucificada, es sin embargo la paz, es lo que no puede el mundo dar. Un pecador confesado y absuelto es un esclavo a quien se devuelve la libertad, a quien se ha librado de sus cadenas. .. Es un muerto resucitado, más divino que humano, en esta vida recobra la vida después de haberla tenido perdida durante tanto tiempo. La Confesión es el perdón de Jesucristo, y con el perdón el cielo abierto, la esperanza , el goce anticipado de la felicidad infinita….
      XXXI ¿Por qué es tan útil el comulgar a menudo cuando se sufre?
      Cuanto más se trabaja más se siente necesidad de tomar fuerzas; y para tomar fuerzas es preciso comer.
      Las leyes de la vida del cuerpo son la imagen de las leyes de la vida del alma: para el alma, respirar es orar; lavarse es confesarse; comer es comulgar… CONSUELOS A LOS QUE SUFREN por MONSEÑOR SEGUR.

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    3. El tomillo, con el favor de Dios, le puede ayudar en lo físico. Busque en internet. María Treben, La salud en la bótica del Señor, sino lo encontrare, le transcribiría lo necesario.
      Dios y María le bendigan.

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  2. Muy interesante entrada.

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  3. ¡Estas verdades tan esenciales y tan olvidadas!
    ¡Qué hermosas son! ¡Y, tan necesarias para vivir como cristianos!
    Por otra parte, ánimo lector, muchos rezaremos por Usted; además, de todos los buenos cristianos que diariamente rezan por los pobres pecadores. ¡No olvide la esperanza!, nosotros nada podemos; mas, tenemos la ayuda de nuestra Madre del Cielo todopoderosa ante Su Divino Hijo, ¡y qué no hace una madre buena en la tierra por sus hijitos! ¡Qué no hará María, que como a las madres terrenas, lo único que no le agrada, es que no le pidamos!

    Oh, María Madre mía.
    oh consuelo del mortal.
    ¡Amparadme y guiadme
    a la Patria Celestial...

    Paz y bien

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  4. Corazón de mi amable Salvador haz que arda y siempre crezca en mí Tu amor.

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  5. También el tomillo le ayudará a combatir, en lo físico, su dolencia. Busque el ibro de María Treben, La salud en la bótica del Señor, está en internet..
    Si no lo encontrare, le transcribiría lo que aconseja.
    ¡Dios y María le bendigan siempre!

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