Santísima Virgen María

Cuenta la historia que San Francisco de Sales, desde muy joven, se propuso ser santo. Cuando sus padres le anunciaron que tendría que ir a París a realizar sus estudios, Francisco temblaba pensando en los peligros que aguardaban a su alma, y después, en medio de las tentaciones, veíase al joven, melancólico y preocupado, exagerando la gravedad de sus faltas inocentes, y lamentándose de no oponer una resistencia más heróica a las seducciones del mundo. 

Entonces empezó a pensar que estaba condenado. Fue un sufrimiento terrible que duró cerca de seis semanas, y cuya violencia le quitó el sueño y las ganas de comer, quedándose en huesos y amarillo como la cera. Pero un día en que volvía abatido del colegio, entró en la iglesia de San Esteban de los Griegos, y allí encontró escrita en una tablilla esta oración a la Virgen:



"Acordaos, oh  Virgen María, que jamás se ha oído que ninguno de los que han implorado vuestro socorro haya sido abandonado por vos. Animado con esta confianza, a vos acudo, oh Virgen, Madre de las vírgenes, y me arrojo a vuestros pies gimiendo bajo el peso de mis pecados...".

Rezó Francisco la oración, se levantó y en el mismo instante encontróse enteramente curado. Paracíale que el mal se había desprendido como las escamas de la lepra.

No puedo dejar de dedicar una sección de este pequeño espacio que es mi blog, a tan grande y maravillosa Señora, Reina y Madre de Misericordia. Para acceder a las publicaciones relacionadas con la Madre de Dios, pulsar la etiqueta de Santísima Virgen María



Santa María, Refugio de los pecadores...¡Rogad por nosotros!



No hay comentarios.:

Publicar un comentario